La Estación de Penitencia, la procesión de nuestra Hermandad de la Santa Cena, constituye uno de los cortejos más completos que podemos admirar en el ciclo de procesiones de Semana Santa en la ciudad de Alicante. En los años 70 y principios de los 80, un grupo de timbales a caballo, abría la procesión; otros años collas de dolçaines i tabals, y hasta agrupaciones de “armaos” tan habituales en la semana santa de antes de la guerra civil. Hoy en día es labanda de cornetas y tambores de la hermandad la que se encarga de avisar con sus sonidos la inminente llegada de la Santa Cena.

Le siguen el estandarte de la hermandad y los faroles guía, si bien, algún año puede abrir una cruz parroquial. Los característicos guiones de los 12 apóstoles se suceden a continuación, pese a que algún año les precedieran los estandartes limosneros, que llevan algún lustro sin salir.

El paso de la Cena, el titular, es el primero en aparecer sobre los pies de más de 200 hermanos costaleros, que mecen el Misterio al son de bellas marchas procesionales. Varios hermanos con incienso, aromatizan la llegada del trono, que va presidido, según el año, con las autoridades, representantes o amigos que han colaborado de algún modo con nuestra hermandad.

Delante del trono

Llega La Caída, con su estandarte y sus faroles guía. Un estandarte que estaba preparado, como todos los de la hermandad, para lucir también unas banderolas que iban asidas, una por cada lado, del estandarte a los faroles guía. Sin embargo, debido a las molestias que provocaban todos los Jueves Santo el viento, se optó por no sacar más dichas banderolas, que también fueron utilizadas por otras hermandades.

A continuación viene el tercio de hermanos de luz, de fila: los capuchinos. Elegantes con sus vestas de raso y capas rojo sangre, que alumbran con sus hachas, con sus velones, con sus hachones, el cadencioso y único caminar del Stmo. Cristo de Alicante.

Los Jóvenes, con su precioso estandarte con la silueta del Cristo de Dalí, da paso a la esperada parihuela adornada magistralmente, pues cuyo exorno,  ya es esperado cada año por miles de personas.

Tras la banda que acompaña al Crucificado, aparecen las Damas de Mantilla, una de las secciones más cuidadas, en la que decenas de mujeres ataviadas de teja y mantilla, guardan luto en procesión por la muerte del Salvador.

El estandarte de la Virgen anuncia la llegada del Palio de María Auxiliadora, que es escoltado por un tercio de hermanos de la Hermandad Agustina, con la que la Santa Cena está hermanada. Seguidamente, un soberbio paso repujado en plata con unos bordados excepcionales salidos de las milagrosas manos de las HH Clarisas de Alcaudete, no pueden dejar indiferentes a quienes pueden disfrutar de su estampa al paso de la procesión.

La presidencia oficial de la hermandad, cierra cortejo.