Parroquia Maria Auxiliadora C/ San Juan Bosco, 12, 03005, Alicante
Artículo publicado en La Verdad en 2014 con el título: Centenario salesiano en Alicante
Rafael Sellers Espasa
Gracias a la iniciativa de D. Modesto Nájera, el 9 de febrero de 1914 llegan a Alicante los primeros salesianos, celebrándose este año el centenario de su presencia en nuestra ciudad. No obstante, en 1910 y en casa del Abad Nájera, ya se plantearía la posibilidad de fundar una obra salesiana en Alicante. El 15 de febrero de 1911 llegaría, de los talleres salesianos de Sarriá, la primera imagen de María Auxiliadora, que sería instalada de forma provisional en la capilla de la Comunión de la Colegiata de San Nicolás.
Debido incesante trabajo de D. Modesto, el huerto de Gras fue cedido por el Marqués del Bosch a la comunidad salesiana para levantar el colegio, aunque los sucesores del Marqués lo permutarían por los terrenos del Hort del Chorret, donde el alcalde Federico Soto colocaría la primera piedra de la construcción del santuario y escuelas en febrero de 1911. Un colegio ejecutado por el arquitecto Juan Vicente Santafé y Arellano, que proyectó un edificio de dos plantas alargadas, con iglesia y teatro en los extremos y un gran patio central en el medio. El inmueble sería entregado a la comunidad salesiana el 9 de febrero de 1914, para ser inaugurado y bendecido por el obispo Plaza el 14 del mismo mes con el nombre de “Escuelas salesianas de San José”. Al día siguiente, la imagen de María Auxiliadora sería trasladada definitivamente, desde San Nicolás hasta la iglesia salesiana, en una multitudinaria procesión que congregó a más de veinte mil personas.
Desde sus inicios el colegio salesiano tuvo un carácter meramente gratuito, aportando cada alumno lo que el pecunio de sus familias podía. Hasta 300 alumnos se censaron en los primeros años (con clases que comenzaban a las 7 de la mañana) llegando a los 600 jóvenes los que acudían los fines de semana a los oratorios y actividades organizadas en el colegio
Desde siempre, quienes hemos ido a las escuelas salesianas de San José o al colegio D. Bosco, hemos sentido un alto grado de pertenencia a la familia salesiana, sintiéndonos orgullosos y agradecidos de haber sido educados bajo el amparo de D. Bosco. Este sentimiento de unión, provocaría que en febrero de 1920 se fundara la Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos, con la encomiable misión de servir de nexo entre antiguos alumnos y colegio. No obstante, unos años antes el colegio puso en funcionamiento la Banda de Música en 1914 y el Oratorio un año después.
La comunidad salesiana prosiguió educando a los más desfavorecidos de manera ininterrumpida hasta la tarde noche del 11 de mayo de 1931, en el que grupos anticlericales incendian y destruyen iglesias y conventos de la ciudad. Las incontroladas turbas llegaron al colegio salesiano al anochecer. Al principio fueron unos pocos, pero más tarde aparecieron muchos más que empezaron a lanzar artefactos incendiarios (estopa y bencina) por todo el edificio, derribando la puerta principal de la iglesia con un gran tronco a modo de ariete. El olor a humo y gasolina era penetrante. Los salesianos se dispersaron, algunos intentaron salir del colegio sin éxito, otros se refugiaron donde pudieron. Reunidos el director y algunos salesianos en el rellano de la entrada principal, oyeron como derribaban la puerta de entrada y comenzaban a entrar decenas de personas ávidas de incendiar y destrozar todo lo que encontraran en su camino, con el infortunio de que al subir por las escaleras alguno apagó las luces sin querer. El pánico cundió en el gentío que bajó nuevamente las escaleras buscado la salida al grito de “los salesianos nos van a disparar”. El director sería quién encendiera de nuevo las luces para que no sucedieran males mayores. Se quemó y destruyó todo, y hasta los libros se perdieron en una gran pira incendiaria.
Perdida la primitiva imagen de la Virgen, los antiguos alumnos adquirieron en los años 30 la actual talla por 158 pts. de la época, que sería venerada en la basílica de Santa María hasta que tuvo que ser acogida en domicilios particulares al inicio de la guerra civil.
Durante los años 30 y hasta el fin del conflicto bélico, el edificio quedará sin uso, destruido, sirviendo de almacén de carbón y hierro, hasta que finalizada la guerra comienza la reconstrucción y la reanudación de la actividad escolar en el colegio. La Virgen, que había sido nuevamente profanada en 1936, volvería restaurada por mar de los talleres de Sarriá en 1940, para ser nuevamente entronizada el 23 de mayo. Y desde entonces, desde principios de los cuarenta hasta la actualidad, la actividad educativa, religiosa, deportiva y cultural del colegio salesiano no ha cesado, aunque la actividad docente de las antiguas escuelas se tuviera que trasladar, en los años 70 del siglo pasado, al nuevo colegio bautizado como Don Bosco.
Los restos de D. Modesto Nájera, Abad de la Colegiata de San Nicolás y responsable de la llegada de los salesianos a Alicante y de la advocación a María Auxiliadora, reposan en el santuario que él hizo posible.